Llevamos ya cerca de cuarenta años disfrutando del sistema democrático y del régimen de libertades que estableció la Constituciòn de 1978 , la llamada Constitución del consenso por la forma pactada entre todos los partidos políticos para redactar una Constitución que sin ser de nadie fuera precisamente de todos. Un periodo constitucional que lleva ya más tiempo del pasado dictatorial vivido bajo el régimen franquista.

Y en estos últimos meses puede dar la sensación de que hemos retrocedido en algo tan fundamental en democracia como es el respeto a la persona , la cual debe ser el eje prioritario de cualquier acción política.

La democracia es libertad , pero también respeto a los demás , a las ideas de otros aunque no nos gusten, siempre que no generen odio ni violencia  y estamos viendo como en estos días nos llegan noticias de que muchas personas han sido acosadas , insultadas y por tanto coaccionadas , por quienes al igual que en las dictaduras que condenan, quieren imponer por la fuerza y por el miedo lo que no pueden conseguir con el dialogo y las buenas formas.

Somos muchos miles de españoles, de todos los pensamientos e ideologías , los que a lo largo de estos años hemos trabajado para hacer valida y útil nuestra Constitución, para que todos los españoles estuviéramos amparados por la misma y que las leyes emanadas de ella no supusieran privilegios para nadie.

Amantes de la libertad, de esa libertad que acaba en el momento en que se  invade la de los demás , estamos viendo como una minoría, pero eso sí la más ruidosa , amparándose en esa Constitución que parecen despreciar, consideran “libertad de expresión”  los insultos y amenazas , para aquellos que no piensan como ellos ó libremente no hacen lo que ellos desean.

La generación política del 78, que algunos ahora critican  y las posteriores, supimos que por encima de las ideologías y de los partidos, estaba la persona y su libertad para decidir y defender sus ideas . Los que en estos momentos en la calle atemorizan e insultan , deberían ver las imágenes de los diputados que el 23 de febrero de 1981 , estuvimos 19 horas secuestrados en el Congreso  por el teniente coronel Tejero,  ver las imágenes y considerar los sentimientos de todos los que estábamos allí, dispuestos a defender el sistema democrático que estaba comenzando a andar y que veíamos en peligro por encima del partido en que militábamos.

Porque lo importante era  mantener el régimen de libertades que acabábamos de conseguir, por ello ante los hechos que estamos viviendo en estos días, los líderes político, lejos de rencores , odios y revanchismos tienen la obligación de volver a la senda constitucional, con reformas o sin ellas, pero manteniendo el espíritu de dialogo de la Transición, que tanto fue elogiada sobre todo fuera de España.

Trabajar por el bien común, es lo que la gran mayoría de los españoles queremos. Ttrabajar para dejar un futuro mejor para las generaciones que han llegado o están por llegar, no volver a las dos Españas que decía Antonio Machado, con antagonismos que a nada conducen. No pensar en romper nuestra nación como estamos viendo en algunos que buscan su satisfación personal o de grupo por encima del interés general.

La democracia en España  esta demostrando su fortaleza, a pesar de la crisis económica, de la corrupción  de los “escraches”, de los insultos y de las amenazas, a pesar de que algunos de sus principios parecen ponerse en duda,  sus fundamentos permanecen firmes apoyados en la Constituciòn de 1978.

Esta generación de jóvenes, según dicen la mas preparada que nunca tuvó España, debe saber el esfuerzo que hicimos millones de ciudadanos desde el año 1975 para asentar la democracia y la libertad de la que ahora disfrutamos, pedirles que continúen esa labor y respetemos todos las normas de convivencia democrática que han regido nuestra sociedad en estos últimos cuarenta años.

Desterremos el odio, si es que existe y volvamos al dialogo. Los hechos acaecidos estos últimos días con motivo de la constitución de algunos ayuntamientos no pueden ni deben volver a producirse; es obligación de todos, sobre todo de los líderes políticos es volver al camino constitucional que nunca debemos abandonar.

En caso contrario, habrá que señalar y marginar a quienes ejercen la violencia , en seguir protegiendo la libertad y el respetar a las personas. En esas premisas debemos asentar nuestros principios para avanzar en el desarrollo y progreso de nuestra sociedad.

José Maria Bris Gallego.

19 de junio de 2015.     

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José Marís Bris fue alcalde de Guadalajara y parlamentario por UCD.