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Carlos Santiesteban, el artista-pintor de Guadalajara

 

 Carlos Santiesteban Montero, el artista–pintor como el mismo se definía, fallecía el pasado 25 de marzo en su casa de la calle Teniente Figueroa de Guadalajara , donde había nacido en 1927 y donde había vivido una gran parte de su existencia. Moría mientras descansaba sobre un sofá después de la comida y su cadáver fue encontrado alrededor de las cinco y media de la tarde por una de las personas que le cuidaban; y poco tiempo después me avisaban y me personaba en su domicilio para acompañar al buen amigo que acababa de morir.

Hijo de Francisca Montero Lopez, natural de Alocen, y de Carlos Santiesteban Walls, militar gaditano que había llegado a Guadalajara a principios de los años veinte del siglo pasado, buen pintor, que murió en noviembre de 1932  siendo su hijo un niño de cinco años  que heredó los genes de artista de su progenitor.

La muerte de su padre hizo que Carlos concentrase en  su madre el afecto a ella y al padre que faltaba. No era raro verles pasear por las calles del casco antiguo de Guadalajara, cogidos del brazo, con el orgullo de sentirse juntos apoyándose ambos en el cariño que se profesaban.

La muerte de su madre,  el 28 de octubre de 1990, a los 94 años de edad, fue un duro golpe para Carlos , que en su soledad buscó compañía en sus cuadros, en sus pinturas llenas de luz , en su arte, en los alumnos que le adoraban, en sus amigos ….. pero que no pudieron cubrir nunca la ausencia de doña Francisca.

Que seguía siempre en sus recuerdos , encerrados en la casa de la calle Teniente Figueroa, que recogía en sus salones la sombra de la madre , cuyo retrato pintado por su padre presidía el salón principal de la casa , cuadro que según decían, Santiesteban retocaba de vez en cuando , como muestra de afecto hacia su progenitora.

santiesteban-casa-450x363Casa de Carlos Santiesteban en la calle Teniente Figueroa. Foto: GD.Recuerdos de una vida en todos y cada uno de los rincones de la casa y en el jardín que cuidaba con un esmero especial y en los balcones de los que colgaban geranios, claveles , begonias...flores que cuidaban doña Francisca mientras vivía y que él trataba con un cuidado especial después de la muerte de aquella.

Esas flores de colores diversos , como un calidoscopio de la naturaleza, que Carlos como nadie sabía reflejar en sus inconfundibles lienzos.

Guadalajareño de corazón, devoto de la Esperanza Macarena y de la Antigua de Guadalajara, era un hombre humilde, pero el personaje de mayor resonancia nacional e internacional que vivía en nuestra ciudad: hijo predilecto de Guadalajara (1999)  y de Castilla la Mancha, Caballero de la Orden de Malta, Gran Cruz de Fomento Europeo, Legión de Honor Franco-Britanica. Su nombre figura en los callejeros de Guadalajara y de Sevilla.

Había expuesto en el New Yor Center; en Florencia; en Napoles; en los Alcazares de Sevilla,…y cómo no en Guadalajara donde tuvo lugar su última exposición en el mes de octubre de 2014; y aquí en Guadalajara está parte de su obra, en el Palacio de la Diputación Provincial, en las Iglesias del Carmen y de San Juan de Avila y en el Casino Principal, aparte de la Casa Consistorial donde tiene una sala con su nombre y algunos de sus cuadros y en numerosas casas particulares de la ciudad,  que tienen el honor de contar con ejemplares salidos de su pincel.

Buen amigo mío, a mediados del año 2002, siendo yo alcalde de la ciudad me vino a ver para mostrarme su preocupación por lo que podía pasar con su casa , a la que adoraba y con su obra y lo que él tenía en ella cuando falleciera, ya que carecía de familia cercana y quería que ese patrimonio afectivo y artístico pasara a la ciudad de Guadalajara.

Le propuse la firma de un convenio, por el que el Ayuntamiento, después de una valoración técnica de su domicilio y de los objetos de valor que poseía, se comprometía a pagarle una cantidad al trimestre mientras viviera y al morir todo ello pasaría al Ayuntamiento de Guadalajara, a la ciudad de Guadalajara como el quería y se convertiría en la Casa-Museo de Carlos Santiesteban, y en los salones junto con los muebles y enseres se expondría parte de su obra pictórica, y en su casa de principios del siglo XX , quedaría el recuerdo del pintor.

El Convenio firmado por ambas partes  el 22 de enero de 2003 fue aprobado por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento y consta de dos partes : la primera, con cinco apartados en que ambas manifiestan el deseo de la firma del mismo y la segunda parte con siete  estipulaciones donde se recoge la transmisión de la finca y bienes (que figuran en inventario aparte) al ayuntamiento , la valoración pericial del inmueble y sus pertenencias , el derecho de uso con carácter vitalicio de la finca igualmente con todas sus pertenencias al pintor  y la obligación de pagar a Carlos Santiesteban desde el 1 de enero del año 2003, una pensión anual, actualizada anualmente según el Indice General de Precios al Consumo, pagos que se hacían trimestralmente.

Carlos Santiesteban falleció cuatro días después de comenzar la primavera . De él nos queda  su obra perenne en el tiempo , a mí personalmente el recuerdo de su amistad y a la ciudad de Guadalajara en el futuro su Casa-Museo, donde la mano de la naturaleza dibujará en su jardín cada año las flores de los mas diversos colores como homenaje  a quien las cuidó con tanto afecto y las reflejó en sus lienzos con la maestría inigualable de su talento de artista.

Descanse en paz el pintor, con el deseo de que su recuerdo y su obra acompañe en el futuro el devenir cultural de la ciudad, Guadalajara, a la que tanto quiso.

José María Bris Gallego.

25 abril de 2015.

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