Ruta: Ascensión a las Tetas de Viana desde La Puerta

Tetas-Viana

 Desde las Tetas de Viana se ve toda Guadalajara en un día claro. Y desde cualquier punto alto de nuestra provincia se ven las Tetas de Viana. Son vijías, por tanto, de las guadalajaras, testigos mudo de su devenir en la larga noche de la historia. Los árabes las llamaban peña de Alcalatén (Peñas del Castillo) o Alcalatenas; y los cristianos peñas Braña. Pero finalmente la evidencia se impuso y el pueblo las conoce sabiamente como Tetas de Viana, el núcleo habitado más cercano que se asienta sobre un roquedal asomado al arroyo de La Solana.

Tetasabajo La magia de las Tetas reside, precisamente, en esa soledad, que se convierte en desafío, al resurgir turgentes en el infinito horizonte de la Alcarria.

Las Tetas son gemelas pero no son iguales y van cambiando de formas y volúmenes según la perspectiva.

Durante la aproximación desde la carretera de Cifuentes se nos ofrecen regulares y achatadas en sus pezones calizos, tendidas sobre el colchón verdusco de la meseta, y abrillantadas por el sol del mediodía que las posee en su plenitud sin ninguna nube que dispute su conquista.

 

Laotrateta

En los vericuetos que nos lleva la carretera camino de Azañón, una de las dos Tetas gana en presencia sobre la otra, a la que acaba cubriendo pudorosamente, mientras ella va ganando formas y volúmenes desafiantes. La atracción es firme y cedemos a su encanto como antes lo hicieron los pobladores prehistóricos, que según cuenta la tradición se refugiaron en lo más alto de sus senos en poblado inexpugnable para fieras y tribus enemigas. La leyenda relata que fueron también enclave de un templo pagano en la época romana, y yo estoy dispuesto a dar fe de ello sin más comprobaciones que la singularidad del paraje para la adoración del aire, el agua o el fuego, la tierra en suma.

Dicen también que fue castillo en época de moros y observatorio de guerras recientes, aunque nada hay probado fidedignamente. Seguramente que fue de todo un poco y un poco de todo, aunque restos, lo que se dice restos, apenas hay en lo alto de una de las cimas un muro de lo que Antonio Herrera cree que pudo ser un aljibe ¿De quién? ¿Para qué? Misterios que el tiempo se ha tragado y la poca investigación.

A las Tetas podemos acceder desde varios lugares. Una senda sale del mismo Trillo y tras caminar por monte bajo durante doce kilómetros y medio nos deja en el mismo canalillo que divide a las gemelas montañas. Caminos más cortos los hay desde Azañón o la misma Viana, todos ellos recomendables porque, dicho ha quedado, que las Tetas se nos van ofreciendo distintas, abruptas o esquivas, casquivanas o juguetonas, a los ojos del caminante que las puede atacar por todo su redondeado y empinado perímetro.

En una mañana de primavera adelantada, y por llevar al contraria a la mayoría, yo elegí la que llaman «Senda Olvidada», desde el pueblo de La Puerta, al que se llega pasando Azañón, por una carretera en obras pero de fácil circulación. La Puerta, que perteneció al Común de Villa y Tierra de Cuenca hasta la provincialización de Javier de Burgos, tiene una interesante muestra del románico rural castellano en su iglesia del siglo XII, con portón de cinco arquivoltas semicirculares y atrio. Al final del pueblo, sale la senda hacia las Tetas, que no tiene pérdida por estar señalada con un plano turístico. La pista es de tierra y pueden subir coches hasta el pie de las Tetas pero yo no lo recomiendo. La ascensión, para disfrutarla en su plenitud, hay que hacerla andando. Me lo confirma un lugareño que toma el sol en un poyato.
-El otro día se metió uno con un Mercedes y yo le dije al bajar. «Que poco te habrá costado ganarlo, gañán».

Tetal1La senda tiene un primer tramo plano hasta llegar a una curva donde veremos un grupo de colmenas primitivas de tronco de árbol, que podrían estar allí desde la época de los romanos. Giraremos a la izquierda e iniciamos la parte más empinada, hasta detenernos en un recodo, al borde de un cortado rocoso, desde el que se aprecia una impresionante vista de La Puerta, que nos recuerda a un peñasco en forma de barco surcando un mar imposible. El camino discurre entre pinos, encinas, sabinas y enebros, amén de matas de romero silvestre que, peligrosamente, por la época en que nos encontramos, ofrece tempranamente su flor malva a abejas imaginarias que todavía no han despertado de la invernada. Las heladas que inevitablemente vendrán no auguran una buena cosecha. La tierra está seca; y dura como la roca.

TetasescaleraA medida que nos acercamos, las Tetas van perdiendo su sensual figura femenina y se tornan en montes abruptos y escarpados, que adquieren personalidad propia. La de la izquierda, la única accesible sin material de escalada, es irregular y rugosa. Su hermana que, quinientos metros después aparecerá a nuestra derecha, es un farallón cortado a cuchillo de horizonte rectilíneo. Entre ambas, aguarda un collado que algunos domingueros han tomado como aparcamiento de ocasión.Tetasarriba

A la izquierda veremos el sendero, con cartel incluido, que nos encamina por el encinar que brota en la misma falda de la peña, que rodearemos hasta encontrarnos con la única vía de acceso. Treparemos, sin excesiva dificultad, por una escalera de rocas que nos elevará hasta casi el final del cortado, hasta toparnos con otra escalera, pero de hierro forjado, que nos lleva hasta la cima. Arriba, una pradera natural quemada por el sol implacable y el viento que sopla sin freno posible. En ella reina el silencio y se escucha hasta el vuelo de los vencejos que hacen requiebros en el aire.

 

VistadeseTeta

El mirador que se abre ante nuestros ojos es bellísimo. Al noroeste, el Ocejón, nos mira desafiante; el Tajo va formando meandros entre los barrancos hasta llegar  más allá a la Entrepeña; y casi dan ganas de pegar un salto hasta la Teta gemela. Toda la Alcarria está a nuestros pies.

ITINERARIO: Guadalajara-Trillo-La Puerta. 175 kilómetros ida y vuelta.
DURACION: 2 horas ida y vuelta.
DIFICULTAD: Fácil hasta el pie de la única «teta» que es accesible mediante un tramo de escalera. Para subir a la otra hay que emplear material de escalada.

 

 

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