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Rutas: Zafra, un castillo perdido en la raya de Aragón

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Es el castillo de Zafra uno de los más bellos y solitarios de la provincia. Encierra además una historia increíble, protagonizada por un hombre singular, ya fallecido: Antonio Sanz Polo, maestro, diputado y diplomático, que en 1971 adquirió lo que eran apenas unas tristes ruinas, y con el tiempo ha conseguido devolver a la fortaleza parte de su antiguo esplendor. Situado en la raya entre los reinos de Castilla y Aragón, el de Zafra es un castillo imponente, levantado sobre un roquedal en la sierra de Caldereros, en un lugar inexpugnable que jamás fue tomado por las armas.

 

zafra2El pueblo más cercano al castillo de Zafra es Hombrados. Para llegar hasta él cruzaremos la ciudad de Molina y cogemos la N-211 que nos lleva hasta Teruel. La carretera está despejada, con horizontes claros en los que ya se están perdiendo los colores verdes que anuncian la llegada del verano. Pasamos por Tordelpalo, Castellar de la Muela, Morenilla, hasta coger a la izquierda el cruce con la GU-416, que muere en el mismo Hombrados.

Las casas de Hombrados son fuertes y construidas a base de la piedra rojiza que dá la zona. Destaca la plaza mayor y la casona típica molinesa de los Chantos Ollauri, con escudo de armas de dicha familia, de origen riojano, sobre el portón de entrada. Para coger el camino hacia el castillo subiremos hasta las eras por una calle empinada que deja a la iglesia a nuestra derecha. En las eras llegaremos hasta un típico pairón, que luce sendas placas de cerámica dedicadas al Corazón de Jesús y a la Virgen del Pilar, cuya devoción está muy arraigada en estos pueblos de la raya con Aragón. En el pairón se coge el camino de la izquierda, pasando entre dos naves agrícolas. Ya estaremos enfilados en una pista que sube hacia el monte.

 

zafra3Para los que no han estado nunca, tendrán dificultades en divisar el contorno del castillo, que ya aparece en el horizonte,  a la izquierda,  confundido en una cadena montañosa de rocas que se conoce como Sierra de los Castillejos de Zafra. El castillo no viene en los mapas, ni  incluso en los más detallados realizados por la Cartografía del Ejército. Así que habrá que tener cuidado para no perderse. Cuando llevamos unos 3 kilómetros recorridos por la pista llegaremos hasta un cruce triple de caminos señalado por una cruz clavada en el suelo. Por el de la derecha se sube hasta una ermita, de frente continua hacia Campillo de Dueñas, y el de la izquierda nos llevará hasta el pie del castillo.

Primero atravesaremos un monte, con abundantes carrascas y algunos robles, para llegar a continuación a una dehesa de pasto formada por un prado inmenso  que dá alimento al ganado del lugar. Son en total dos kilómetros más entre el cruce de caminos antes indicado y el castillo, cuyas dos torres almenadas empiezan a distinguirse entre hileras sucesivas de  rocas escarpadas.

Las descripciones de la época de Felipe II alaban la fortaleza del castillo, situado en una peña que tiene por unas partes 45 pies de alto, y por otra cincuenta o más, «sin que por ninguna parte se le junte otra ninguna peña, y está a plomo y derecha todo ella. De la disposición, asiento y subida a esta fortaleza nos parece que es la más fuerte y defensada que debe haber en España», concluye el relato.

A esta fama de inexpugnable contribuía la existencia de un aljibe de agua de manantial en el interior del castillo, al abrigo de las fuerzas de artillería. Ello permitía resistir largos asedios a sus defensores.

 

zafra4El  episodio más interesante se produjo en el reinado de Fernando III el Santo. El rey castellano había entrado en conflicto con D. Gonzalo Pérez de Lara, tercer señor de Molina, que se encerró con sus fieles en el interior del castillo. Las acometidas resultaron infructuosas, así que don Fernando resolvió tomarlo por hambre. Así estuvieron cuarenta días, sin mayores avances, por lo que sitiados y sitiadores se avinieron a negociar. De ahí surgió la denominada Concordia de Zafra, que Layna Serrano fija como el inicio del ocaso de la independencia del Señorío frente a la corona de Castilla. Pedro González, el hijo del Señor de Molina, fue desheredado y su hermana doña  Mafalda fue nombrada sucesora, aunque obligada a casarse con el infante D. Alfonso, hermano del Rey. «La efectividad del Señorío autónomo -escribe Layna-, sufrió con esta Concordia de Zafra un golpe rudo; el de muerte se lo daría Sancho el Bravo obligando a la última Señora de Molina, doña Blanca Alfonso, a nombrar heredera a su hermana doña María de Molina, esposa del monarca castellano».

La unión entre las coronas de Castilla y Aragón acabó con las tensiones fronterizas, y por ello el castillo de Zafra  perdió importancia estratégica. A partir de entonces fue regentado por alcaides que ni tan siquiera vivían en él, aunque no por ello dejaron de ocuparse de cobrar sus rentas.

Con el paso de los siglos, muralla y torreones se vinieron abajo, y desapareció todo el recinto exterior donde llegó a haber cobertizos para un ejército con 500 caballos. Layna hizo una reconstrucción ideal del mismo (1), incluyendo un dibujo en el que situó  tres fuertes torres al mediodía, y su ingenioso sistema de acceso, a través de agujeros horadados en la roca,  que se conservan hoy en parte.

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La inmensa suerte para este castillo es que sus ruinas fueron adquiridas al  Estado, en 1971,  por 30.000 pesetas,  por un hombre singular: Antonio Sanz Polo. Desde entonces se embarcó en una loca aventura, adquiriendo sillares y materiales por aquí y  por allá, a costa de un gran esfuerzo personal y económico. Gracias a este tesón, se logróo reconstruir parte de la muralla,  y dos torres: la del Homenaje y la de Poniente. Esta última, colgada a plomo sobre la  roca, se asemeja a la proa de un barco y es uno de los más bellos ejemplos de la castillería española. 

Este es el legado de Sanz Polo.Si hoy todavía existe el castillo de Zafra, en un rincón  perdido del Señorío de Molina, que no lleva a ninguna parte, se lo debemos a él y a su familia. 
Que nadie lo olvide.

(1) Layna Serrano. Castillos de Guadalajara. Editorial aache.

DISTANCIA ENTRE GUADALAJARA Y HOMBRADOS: 147 kilómetros.

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