La primavera luminosa realza los colores de las tierras de Guadalajara. Hemos elegido las cuencas de dos ríos de nuestra provincia, el Henares y el Sorbe, donde la primavera va más adelantada, para recibir a la estación más exuberante del año. Son imágenes que invitan al optimismo. ¡Es la primavera!
Vista desde La Muela
Es la primavera la mejor fecha para recorrer la Campiña, una comarca sin la espectacularidad de otras zonas de Guadalajara, pero que en esta época está conqueta y multicolor. En esta estación, la Campiña hace honor a su nombre, a ese espacio llano de tierra labrantía, en el que el cereal brota de la tierra revestido de de un verde intenso, que en pocas semanas se tornará amarillo pajizo.
Salimos de Guadalajara por el noroeste, y tras dejar a un lado el pico del Águila, que está bellísimo, tomo en Torre del Burgo la GU-190, que me deja al pie de La Muela. Es éste un cerro peculiar que se asoma a la Campiña desde la última estribación de la Alcarria, y rivaliza con una colina vecina a la que llaman, para seguir con los parecidos, El Colmillo. Desde el pequeño pueblo de Alarilla se puede subir en coche por un empinado camino de cemento hasta una amplia meseta que hay en la corona de la Muela, que en la Guerra Civil fue privilegiado punto de observación, y ahora es un campo de lanzamiento y aterrizaje de las más intrépidas alas deltas de Castilla. El viento sopla fuerte aquí arriba y es habilmente aprovechado por los hombres pájaros para engancharse a las térmicas que les mantendrán largo tiempo en vuelo, haciendo un giro tras otro.
El Henares se junta con el Sorbe cerca de Humanes. En sus inmediaciones hay varias áreas de recreo muy frecuentadas por los excursionistas. Al pie de La Muela, hay un camino para pasear junto a la ribera que nos lleva hasta un molino.
El paraje es agradable y el bosque frondoso, aunque es de lamentar la contaminación que ya empieza a sufrir el río y las bolsas de basura abandonadas por algún dominguero desaprensivo.Humanes es un pueblo próspero y bien equipado, con plaza castellana y una iglesia con aspecto sólido, de piedra de sillarejo, que data del siglo XV.
Henares arriba, la carretera nos lleva hasta Cerezo, que aparece posado en un oterillo, y cuenta con una iglesia de portada plateresca y alguna casona de interés. El valle continúa por Montarrón, un pueblo que fue borrado del mapa por los bombardeos durante la guerra, y que fue reconstruido por completo por Regiones Desvastadas al otro lado de la carretera. De ahí el aspecto tan uniforme de las viviendas cuidadosamente alineadas.
Al regazo del río y entre atractivas arboledas se encuentra Espinosa de Henares, un pueblo próspero, con puente, iglesia y convento. La carretera pasa después por Carrascosa, y más adelante nos lleva hasta la desembocadura del río Cañamares con el Henares, ya en tierras de Jadraque. Cruzaremos el río a la altura de Castilblanco, para tomar la GU-159, que pasa primero por Medranda y muere en Pinilla de Jadraque, un pueblo diminuto que cuenta con una de las mejores iglesias románicas de la provincia. Un digno final a nuestra ruta.
En ALARILLA, al pie de La Muela, hay clubes que nos enseñan a volar en ala delta y parapente.
HUMANES: Iglesia del siglo XVI y Plaza Mayor.
ESPINOSA: Puente medieval, iglesia del siglo XIV, Casa-Palacio de los Mendoza y convento de Santa Clara.
CASTILBLANCO: Iglesia de estilo románico.
MEDRANDA: Retablo mayor de la iglesia, del siglo XVII, con un magnífico Calvario en la parte central que recuerda a la escuela del Greco.
PINILLA DE JADRAQUE: Es este pequeño lugar se encuentra una de las mayores joyas del románico de Guadalajara. Construida la iglesia a finales del siglo XII, perdió el ábside en una reforma durante el siglo XVI. Consta de una sola nave. Tiene la espadaña más grande de nuestro románico rural, con cuatro vanos. Apoyando en los muros sur y poniente se asienta una magnífica galería porticada. En el centro se abre una puerta de medio punto y a los lados hay ocho arcos que se apoyan sobre columnas pareadas, y sobre unos capiteles con motivos vegetales y mitológicos.
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