Lo de que Guadalajara tiene cien “veres” es algo que ya he dicho en este blog en alguna ocasión (es de Cela), pero la realidad es tozuda e insistente. Hoy quiero descubrir con vosotros un paseo inesperado, sorprendente y hermoso. Para ello he hecho lo que muchos de vosotros: aceptar la invitación de un amigo para ir a su pueblo. “Nos damos una vuelta, te enseño un par de fuentes que hay alrededor de casa y… (aquí viene el gancho), nos comemos una paella y un rabo de toro que a ti te gustan mucho y a la Sole le salen muy bien…” . Suficiente, “aprobada la propuesta”.Por PEDRO AGUILAR SERRANO.
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