El paisaje alcarreño, a base de pequeños barrancos, laderas suaves, encinas carrascas, quejigos, tomillo, olivos y arroyos ascendidos a la categoría de río, tiene su quintaesencia en la ruta que hoy emprendemos. Llevaremos el coche hasta Alhóndiga, el corazón de la Alcarria más o menos, y allí aparcaremos para seguir camino por el valle del río Arlés hasta la ermita de la Virgen del Saz.
Alhóndiga es un pueblo bien protegido pero luminoso, que tiene una iglesia blanca, una picota, alguna ermita y un cementerio sobre lo que fue un viejo castillo. Por PEDRO AGUILAR SERRANO
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