Guadalajara ya ha perdido 3,8 millones para Obra Social por los incumplimientos de Cajasol

CajaGuadalajaraEl protocolo de fusión entre Cajasol y Caja Guadalajara reservaba dos plantas y el salón de actos para la Fundación Caja Guadalajara, que luego no se constituyó. Torre Guadalajara ahora pertenece a Caixabank, que la mantiene cerrada aunque con oferta de alquiler. Foto: GD. La Fundación Caja Guadalajara se garantizó para los primeros años de funcionamiento, entre otras cosas, una asignación anual inicial, durante los tres primeros ejercicios económicos, de “al menos un cincuenta por ciento superior a la dotación social de Caja Guadalajara en el año 2009”, según figura textualmente en el Protocolo de Bases para la Integración de fecha 26 de enero de 2010, que estableció las condiciones para la fusión por absorción de Caja Guadalajara por Cajasol y los compromisos para el mantenimiento de la Obra Social de Caja Guadalajara. Esto habría significado que durante los ejercicios de 2011, 2012 y 2013 la Fundación Caja Guadalajara debería haber recibido de la Fundación Cajasol, que preside Antonio Pulido, al menos 3.865.090 euros para fines sociales en la provincia de Guadalajara, que de esta manera se han perdido, y en plena crisis.

 Las citadas bases para la integración de Caja Guadalajara en Cajasol fueron acordadas por los consejos de administración de las respectivas cajas de ahorro  y rubricado por sus respectivos presidentes, José Luis Ros y Antonio Pulido. La continuidad  de la Obras Social de Caja Guadalajara era tan importante que todos los  testimonios recogidos por GuadalajaraDiario entre antiguos consejeros de Caja Guadalajara coinciden en una cosa: de no haberse logrado, “jamás se habría aprobado la fusión” por la Asamblea General.  Otra cosa es que les hubieran fusionado "por decreto" con esta u otra entidad. Tal es así, que el citado protocolo fijó como fundamento de la integración “la continuidad de la Obra Social de las Cajas que participan en la integración”, y a la vista de este fundamento, el Procolo señaló como uno de los objetivos perseguidos con la integración, entre otros: “Potenciar la Obra Social en los ámbitos de actuación de cada una de las cajas firmantes, con un enfoque descentralizado de en su  decisión  y orientada hacia obras y actuaciones en los distintos campos en los que cada caja ha venido colaborando”. Todo ha sucedido al revés.

Pues bien,  tal era la importancia que se concedía a la continuidad de la Obra Social de Caja Guadalajara que en el apartado 7.5 del Protocolo  se establecían un total de ocho compromisos entre los que figura el siguiente: “Su asignación anual inicial, durante los tres primeros ejercicios económicos, será al menos un cincuenta por ciento superior a la dotación social de Caja Guadalajara  en el año 2009”.

Según ha podido saber GuadalajaraDiario, la citada dotación para la Obra Social de Caja Guadalajara fue aprobada en la Asamblea General celebrada el 8 de junio de 2010 y ascendió a 858.900 euros  tras haberse destinado dos millones de beneficio a reservas. Quiere esto decir que si la Fundación Caja Guadalajara se hubiera constituido, como estaba previsto, en los ejercicios de 2011, 2012 y 2013 se habría asegurado por esos acuerdos  al menos 3.865.090 euros para su Obra Social en nuestra provincia, una cantidad muy importante y especialmente en tiempos de crisis.

Corpus-3Torre Caja Guadalajara, ahora cerrada, y cuyo espacio se ofrece para alquiler de oficinas. Foto:GD. Acuerdos en papel mojado

La no constitución de la Fundación hizo que todos los acuerdos establecidos en el Protocolo de fusión se convirtieran en “papel mojado”: los certámenes anuales de pintura y escultura, los centros educacionales en Malí y Bolivia  o la constitución de la sede social de la Fundación en la Torre Caja Guadalajara, “habilitando cesiones de uso o fórmulas equivalentes, para el uso de salas, salón de actos, aulas de formacíón, etc”.  Como es sabido, la Torre Caja Guadalajara que iba a ser sede de la fundación se acabó cerrando y su actual propietario, Caixabank, ahora la   alquila para oficinas, aunque todavía sin resultados. Con anterioridad, Cajasol se fusionó con otras entidades dando lugar a Banca Cívica, pero como el nuevo banco no acabó de funcionar fue a su vez absorbido por el grupo la Caixa; y en esta situación estamos.

Los anexos en el Protocolo de Fusión con Cajasol detallaban que la planta undécima planta de Torre Guadalajara sería para la Fundación, con todos sus muebles, y que en la planta segunda se ubicaría la obra del pintor Rafael Moreno Vecino, que este iba a ceder a la Fundación. También se cedía la planta semisótano, donde está el salón de actos, dos almacenes, seis plazas de aparcamiento y tres  coches de la flota de la Caja: un Renault Trafic, un Opel Vectra y un Audi 3.0.  

Y por el camino se quedó  la Obra Social de Caja Guadalajara     

El problema es que por el camino  se ha quedado la Obra Social de la desaparecida Caja Guadalajara, que según la tasación elaborada por Arco Valoraciones S.A. su patrimonio ascendía a 3.224.235 euros. De ellos, 2,4 millones pertenecían a inmuebles, 5.180 euros a mobiliario y 747.650 a las obras de arte relacionadas como patrimonio de la futura Fundación Caja Guadalajara.

Los citados inmuebles afectos a la Obra Social de Caja Guadalajara era cuatro: el local que funcionaba como centro de recreo en Molina de Aragón, otro local para recreo  en Virgen del Amparo, 5; y dos locales en Azuqueca y Jadraque.

Por lo que respecta a las obras de arte con la valoración antes citada, en torno al millar, se refería a los fondos de pintura, escultura y obras de carácter general que partían como patrimonio inicial de la Fundación y que con las sucesivas ventas se han desperdigado por oficinas no solo de Guadalajara sino de toda España dado que ahora pertenecen a Caixbank.  

Al no haberse constituido la Fundación Caja Guadalajara, la Obra Social se evaporó, y en palabras de la carta de José Luis Ros a la Junta de Andalucía se “genera una situación ilícita de la que resulta responsable la persona jurídica resultante de la fusión”, es decir, descarga las culpas en Antonio Pulido, presidente de la Fundación Caja Sol y anterior presidente de Caja Sol tras la fusión con Caja Guadalajara. Ros advierte en su escrito que “ha reclamado varias veces en los órganos de gobierno de la absorbente tanto el cumplimiento de los compromisos como la constitución de la fundación a la que se refiere  el Procololo”. Y reitera que la Consjería de Economía de Andalucía es “la única persona, administración u autoridad competente para compeler al cumplimiento de los pactos de fusión”.  

Ros-pulido1Antonio Pulido y José Luis Ros, en Guadalajara, durante el proceso de fusión de las dos entidades que presidían. Archivo GD.Alta política

La realidad es que la Consejería andaluza ha estado jugando al gato y el ratón hasta ahora. Y sin que desde su homónima de Castilla-La Mancha, que sepamos, se le haya reclamado el cumplimiento de sus compromisos.  El argumento oficial exihibido para no registrar la Fundación Caja Guadalajara es que no era viable legalmente al figurar como una subfundación de Cajasol. Fuentes del antiguo consejo de Caja Guadalajara consultadas por GuadalajaraDiario creen que esto no deja de ser una excusa, ya que había otras formulas jurídicas para haber solventado el problema, pero no se utilizaron porque sencillamente no querían que la fundación saliera adelante.

La versión dada por El Confidencial se va por la alta política y asegura que  tanto el entonces presidente de la Junta de Andalucía (José Antonio Griñán) y la actual presidenta (Susana Díaz) se han negado a crear la fundación.       

Fuentes del sector consultadas por el citado diario digital sostienen que Pulido, imputado por fraude y falsedad documental, convenció a la Junta de Andalucía de la necesidad de su paralización para evitar una dependencia del Partido Popular y, por ende, del Gobierno Central. Antes de su absorción por parte de la entidad catalana Cajasol fundó Banca Cívica, donde se integraban Caja Navarra y Caja Canarias. El Ministerio de Economía y Competitividad se acogería al argumento de la interterritorialidad para evitar la tutela del Gobierno andaluz y así impedir una fundación bajo la tutela De Guindos, dicen esas fuentes.

El argumento económico también estuvo presente: “Nunca se creó porque la Junta se negó. Habría que sacar una partida del presupuesto de la Fundación Cajasol para destinarlo a la Fundación Caja Guadalajara”, aseguran fuentes de la antigua Cajasol consultadas por El Confidencial. La Fundación Cajasol cuenta con un presupuesto de 20 millones de euros. Once millones se destinan nada menos que a gastos corrientes y nueve millones es la cantidad que reparte entre patrocinios y ayudas.   

Y una cuestión final: Caja Guadalajara no puede ejercer acción alguna toda vez que no existe. Y si  no existe, "ninguna obligación pesa sobre los miembros de su extintos órganos de Gobierno”, escribe Ros en su escrito que El Confidencial asegura  haber obtenido de fuentes cercanas a la Junta de Andalucía.

Así están la cosas sobre una  fundación non nata que debería aportar para Obra Social en Guadalajara en torno a los 1,2  millones de euros al año y que lleva  3 años y 9 meses de retraso sin que haya pasado nada.

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