Hiendelaencina, pionera de las pasiones vivientes en la provincia

HiendelaencinaPasionEn Guadalajara, la pasión viviente más antigua es la de Hiedelaencina, que se representó por primera vez en 1972, y que por lo tanto este año cumple su 42º Aniversario. Con posteriordad, se fueron incorporando otras pasiones más, como la de Marchamalo y Chiloeches, en la actualidad sin continuidad, o las de  Albalate de Zorita, Trillo y Fuentelencina.

"PASIONES VIVIENTES Y VIACRUCIS EN LA PROVINCIA DE GUADALAJARA". Por José Ramón López de los Mozos. 

Las pasiones vivientes, los vía crucis y tantas otras manifestaciones populares tienen como objeto, en la representación  católica,  a través de su “re-presentación”, recordar, padecer, sufrir, “re- vivir” -aunque siempre de una manera aproximada, con el alma y el corazón- en las propias carnes, en las entrañas, aquel auténtico camino pasional que Nuestro Señor Jesucristo, como Hombre, tuvo que soportar hasta su muerte en la cruz para lograr ese otro camino, ascensional, que lo conduciría hasta el Padre. Una forma, la más clarificadora, de enseñar al hombre iletrado de tiempos pasados, por medio de la comparación. Hiendelaencina, Trillo, Albalate o Fuentelencina son nombres ligados a estas Pasiones.

 En Guadalajara, la pasión viviente más antigua es la de Hiedelaencina, que se representó por primera vez en 1972, y que por lo tanto este año cumple su 42º Aniversario.Su alma mater fue entonces sacerdote Bienvenido Larriba y del maestro Abelardo Gismera, que con un grupo de jóvenes, sacaron a la calle el Vía Crucis que se realizaba en el interior de la Iglesia. Tomaron como base una transcripción literal de los Textos Bíblicos, que aderezada con un lenguaje popular, fresco, respetuoso, e incluso, en muchos casos, fruto de la improvisación, dio forma a unos diálogos que se conservan desde entonces.

Los actores, todos ellos no profesionales y vecinos del pueblo, escenifican la Pasión Viviente en la Plaza Mayor,a partier de las 12,15 horas del Viernes Santo, culminando la obra con la crucifixión en un pequeño cerro cercano y con el Alto Rey como telón de fondo.

Decorados, escenarios, vestuario y ambientación, han sido todos, manufacturados por los propios vecinos, que también colaboran en la infraestructura organizativa.

La ultima cena, el huerto de los olivos, los juicios ante Caifás, Pilatos, las caídas y la crucifixión son escenas que se ejecutan en riguroso directo aportando realismo, autenticidad y sentimiento que invita al recogimiento del espectador.Todo ello acompañado de emotivos temas musicales.

Con posteriordad, se fueron incorporando otras pasiones más, como la de Marchamalo y Chiloeches, en la actualidad sin continuidad, y mejor suerte han tenido las de Albalate de Zorita, Trillo o Fuentelencina.

El viernes Santo es también día de Vía Crucis. Hay muchos. El etnólogo e historiador José Ramón López de los Mozos destaca los de Atienza, Almonacid y Mondéjar, o la tradición recuperada en Budia, "Los soldados de Cristo", una hermandad que hunde sus raíces en el siglo XV.

Ver artículo de López de los Mozos sobre Pasiones Vivientes y Via Crucis en la provincia de Guadalajara

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