Manzanares sale a hombros de la plaza de Brihuega. Completaron la terna Pablo Hermoso de Mendoza y Cayetano, que lograron cortar una oreja en sus respectivos lotes.
Manzanares, por la puerta grande./Campo Bravo
Cinco orejas se cortaron en La Muralla de Brihuega en una tarde que resultó entretenida para el público aunque algo falta de argumentos. Pablo Hermoso se negó a pasear la oreja que le concedieron en el cuarto y salir en hombros. Manzanares corta dos tras una gran faena al quinto y Cayetano una por su voluntariedad ante el sexto.
Dos toros para rejones de Herederos de Ángel Sánchez-Sánchez (encaste Murube): Despuntados en exceso e impresentables de hechuras. Sosos, descastados y mansos. De mejor juego el primero. Tres de toros de Domingo Hernández y uno de Garcigrande en quinto lugar (encaste Domecq): Desiguales de presencia, sospechosos de pitones, mejor presentado el primero, el resto anovillados. Flojos, descastados y soso en general. Con calidad el quinto premiado con la vuelta al ruedo.
Pablo Hermoso de Mendoza: Rejón caído (oreja); rejón caído y puntillazo (oreja con petición de la segunda que se niega a pasear). Jose María Manzanares: Dos pinchazos, estocada tendida -aviso- y puntillazo (silencio); estocada recibiendo -aviso- y puntillazo (dos orejas). Cayetano Rivera Ordóñez: Dos pinchazos, estocada caída, descabello (silencio); estocada caída (oreja).
Tradicional Corrida de Primavera. Dos tercios escasos, en tarde soleada y calurosa. Jose María Manzanares salió por la puerta grande.
Cayetano en un bonito remate. /Campo BravoPara triunfar y no aburrir sólo hace falta 20 o 25 muletazos y una buena estocada. En una sociedad donde prima la inmediatez tal vez deberíamos volver a los orígenes de la tauromaquia; con faenas breves y eficaces. Pocos pases pero que trasmitan al tendido. La faena al quinto toro de Manzanares tuvo el doble de pases de los que tenía el toro, más de 50 pero que de verdad tuvieran trascendencia 25 como mucho. Si en vez de liarse a dar pases a un toro moribundo solo hubiera dado los 20 que tenía el resultado hubiera sido el mismo. Lances estirando la embestida y perfilado perfectos. Eso sí, lo mejor la firma con la espada. Manzanares no mata a los toros, sino que ellos lo hacen todo. Él pone la espada, los cita y el astado solo se la introduce. Una maestría basada en su altura y capacidad para hacer la suerte en sólo dos tiempos.
En su primero, que fue el mejor presentado, poca cosa. El animal no tenía fuerza ni para sujetar el rabo y todo lo que vio del toro fueron unas buenas verónicas de recibo de Manzanares.
Cayetano estuvo voluntarioso, en su línea, a lo largo que su carrera avanza, los genes luchadores de Rivera, ganan a los más artísticos de Ordoñez. Para hacer el toreo bueno, el caro, el eterno, el que nunca pasa de moda hace falta el toro bravo. A Cayetano le han encajado en el medio toro y tiene que hacer todo tirando de afición. Cuando se estiró dio buenos muletazos pero duró muy poco y tuvo que tirar de recursos para llegar a los tendidos incluso de rodillas.
Pablo Hermoso de Mendoza en el paseíllo./ Campo Bravo
Pablo Hermoso trajo dos toros anovillados e impresentables que restaron interés a todo lo que hizo. Una máxima figura, con la cuadra que tiene, no puede presumir de lidiar toros en todos los sitios si luego esos toros tienen hechuras de novillos de dos años. Además los dos rejones de castigo que recetó a cada uno de sus astados fueron excesivos y aplomaron en exceso las embestidas. Buena ejecución, voluntad de agradar y gran doma sobre todo cabalgando a dos pistas pero sin trasmitir. El presidente no le quiso dar la segunda oreja en el cuarto toro y tuvo el feo gesto de no recogerla, ni dar la vuelta al ruedo, ni salir por la puerta grande.
Incomprensible la actitud del presidente de la Plaza de Toros de La Muralla que pasa todos los toros que se le presentan sin el más mínimo baremo y sin embargo se pone duro a la hora de dar trofeos. Un mínimo de coherencia no vendría mal.
Jaime Hita
