La media verónica invertida que Talavante dio mirando al tendido al manso que cerraba la corrida valió el precio de la entrada./ Guadalajara Diario.Tarde de poco contenido en La Muralla por el mal juego de los toros. Solo se salvó de la tarde la faena imaginativa y llena de recursos de Talavante al tercero. Detalles de Morante y el recibo de capa de Manzanares al quinto. Pésima corrida de Juan Pedro Domecq. Tres cuartos de plaza.

 Ficha:

Seis toros de Juan Pedro Domecq (encaste Domecq): Sospechosos de pitones. Anovillados, muy flojos y nobles. Con más posibilidades el tercero. Quinto inválido.

Jose Antonio “Morante de La Puebla”: Cuatro pinchazos, media y dos descabellos (silencio); casi entera caída (oreja con escasa petición). Jose María Manzanares: Dos pinchazos y media (silencio); Tres pinchazos, se echa y apuntillazo (silencio). Alejandro Talavante: Media tendida y descabello (oreja); Pinchazo, casi entera trasera y tendida, puntillazo (ovación de despedida).

Tradicional Corrida de Primavera de Brihuega. Tres cuartos de plaza. Tarde nublada y fresca. El festejo comenzó con 10 minutos de retraso para facilitar que se acomodara gente. Por la ruptura de una puerta salieron dos toros a la plaza a la vez al salir el primer astado; la situación tardó en solucionarse 20 minutos.

Por un accidente, dos toros salieron al ruedo al mismo tiempo al coso de Brihuega./ Guadalajara Diario. Ayer en Brihuega sucedió un hecho sin precedentes en esta plaza y que se sepa sólo una vez en Las Ventas en el año 1996. Dos toros salieron a la par a la plaza de toros. Fue cuando tenía que salir el primero. En su lugar y ante el desconcierto general salieron dos toros, el primero colorado y el sexto negro; debe ser que tenía prisa. El por qué dado por la empresa es tan lógico como creíble: simplemente se rompió una puerta. Aunque igual que eso podría haber sido que alguien abriera por error, que una cuerda de una puerta se enredara en otra, que un toro rematará y abriera otra puerta… En fin.

Las teorías conspiratorias se desataron y todo el mundo de plaza y aledaños sabía por qué había sucedido… En este mundo, que está todo medido, encontrar algo que sucede sin doble sentido, nos sobresalta a todos. Por que no puede pasar algo fuera de lo establecido. Ayer, en Brihuega, pasó y se solucionó, aunque tardó.

Morante, no fue Morante. Estuvo torero, artista, pero no arrebatador./ Guadalajara Diario.En el mundo de los toros no debe estar todo medido y encorsetado, porque entonces sería previsible;y ese día se terminará. Además, si no es por eso, ayer, la gente se va de plaza protestando por el pobre espectáculo visto. Todos tenemos derecho a equivocarnos y excepto la muerte todo tiene solución.

Hablando de cosas poco predecibles, entre ellas está Talavante. No da dos pases iguales, sus tandas no siguen una lógica, simplemente surgen. Muletazos invertidos, cambios de manos imposibles, cites con medio engaño… Todo con una estética y emoción sublime.

La media verónica invertida mirando al tendido que dio al manso que cerraba la corrida mereció pagar la entrada.

Se llevó una oreja pero la dimensión que se vio ayer de Talavante no se puede medir.

Morante, no fue Morante. Estuvo torero, artista pero no arrebatador. No fue el barroco que se esperaba, intentó estirar el trazo y eso le hace perder magia. Toreo bien pero no enloqueció. Sólo dejó detalles y le dieron una oreja para que el público viera de cerca las patillas tan feas que se ha dejado.

Manzanares solo dio una tanda a la altura de su calidad/ Guadalajara Diario.

Manzanares solo dio una tanda a la altura de su concepto de toreo. Fue al segundo de la tarde, y eso que lo intentó, pero no tuvo su día.Por la mañana, en el sorteo, ni por la tarde con la espada. También muy a destacar su tanda de recibo a la verónica en el quinto mientras de fondo sonaba el pasodoble Parapachunda, el mismo que se utiliza como prólogo al encierro de Brihuega.

Este año repetía Juan Pedro Domecq en Brihuega pese al petardo del año pasado. Por respeto al que paga y para mejorar el espectáculo, se impone el cambio.

Jaime Hita

Tres cuartos de plaza tarde nublada y fresca