Los vecinos de la cabecera del Tajo se quejan amargamente de cómo el trasvase Tajo Segura ha asfixiado económicamente la zona en la que viven. Y le han puesto cifras: un 10 ciento menos de construcción, un 20 por ciento menos de renta y 15.000 vecinos menos.

El alcalde de Sacedón mostrando el impacto del Trasvase en la zona de la cabecera/ GuDiario

Son algunos de los datos que arroja un estudio que ha sido realizado por el grupo de Investigación del Tajo dependiente de la Universidad de Castilla La Mancha. Los autores del estudio, Enrique San Martín, profesor de economía en la UNED; Beatriz Larraz, miembro de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM y Nuria Hernández-Mora, Consultora independiente; no saben cómo sería ahora la zona de los municipios ribereños si el trasvase se hubiese gestionado de otra manera, pero tienen claro que su situación ahora sería otra. Y sería muy distinta.

La población en los municipios de la cabecera ha bajado más que en los pueblos del entornoSería distinta en cuanto a población. Según los datos del estudio entre 1950, fecha que empieza la despoblación rural, y 2016 se han perdido en los municipios ribereños 15.000 habitantes mientras que en el resto de poblaciones similares de Cuenca y Guadalajara, se ha ido ganando población.

Ha sido una ruina en lo económico porque la construcción de los embalses se hizo cogiendo las vegas más fértiles de la cabecera del Tajo. Eso impidió el desarrollo del sector primario y se optó por el turismo, una situación que se vió frustada con la apertura del Travase Tajo Segura. Según datos facilitados por los municipios ribereños el nivel de llenado de los embalses antes de 1981, fecha de la apertura del trasvase, era de un 70 por ciento. Una vez abierto la media ha sido de un 30 por ciento. El trasvase rebajó el llenado del embalse en un 50 por ciento "En Sacedón- ha señalado el alcalde, Francisco Pérez Torrecilla- pasamos de tener el agua a los pies del paseo del pueblo a tenerlo a varios kilómetros y eso perjudicó nuestra economía".

El gráfico muestra el efecto del trasvase en el llenado de los embalses: en azul llenado antes del trasvase, en rojo cómo quedaron después.

Un perjucio económico es más difícil de medir porque todas las estadísticas se centran en la cuenca receptora, en el Segura, y no en la cedente pero también hay datos. Desde 2010 se han cerrado un 30 por ciento de los establecimeintos turísticos de la zona y hay un 50 por ciento de plazas turísticas menos. A ello contribuyó la crisis de 2008 y la falta de agua. A pesar de que la crisis mejora, la zona no levanta cabeza en el sector turístico.
Otra muestra es que la construcción en la cabecera del Tajo es un 10 por ciento menor que en el resto de municipios similares de Cuenca y Guadalajara. Además tienen una renta un 20 por ciento menor que ellos.

Incumplimientos

A eso se suman importantes incumplimientos que deberían haberse realizado y a pesar del paso del tiempo no se han llevado a cabo. Según María Hernández Mora, en 1971 se prometieron en la zona regadíos, que no se han realizado, obras de abastecimiento, que 50 años después no se han hecho, y también infraestructuras, como el puente que une las dos riberas de Guadalajara y Cuenca, que tardó 30 años en realizarse. "Esto demuestra- ha señalado Hernández-Mora- que esta zona nunca ha sido una prioridad"

Comparando con el embalse de San Juan

El estudio hace también una comparativa con cómo se ha desarrollado el embalse de San Juan en la comunidad de Madrid. Aunque tienen un volumen totalmente distinto, los dos están a una distancia similar da capital de España, los dos se crearon en la misma época y los dos han sufrido una reducción de las aportaciones del río. Sin embargo el de San Juan ha ido paulatinamente ganando población, ganando industria turística y creando riqueza en su entorno.

Furuto incierto

Los redactores del estudio han resaltado que aunque se siempre se dice que los usos de la cuenta cedente son prioritarios en este caso no se están respetando y aseguran que otra gestión es posible.

De hecho dos simulaciones realizadas por el equipo redactor del proyecto muestra que cerrando el trasvase y saliendo al Tajo una cantidad fija de 600 hectómetros cúbicos al río al año, los embalses de la cabecera se llenarían en pocos años. Una segunda simulación muestra que con sueltas mayores al Tajo y atendiendo las necesidades esenciales de la cuenca del Segura en pocos años los embalses se recuperan. Algo que demuestra- según los redactores del estudio- " que si hubiera interés otra gestión es posible".