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Fandiño: De pelotari a torero de capeas en Guadalajara (1)

02FANDIæOIván Fandiño en el primer tercio. Fotos. Fernando Toquero.Su nombre era Ibán Fandiño Barros, más conocido como Iván Fandiño. Nació en la localidad vizcaína de Orduña, el 29 de septiembre del 1980. Era vasco y se consideraba vasco, aunque sus padres fueran gallegos y la mayor parte de su vida la hubiera pasado fuera del País Vasco.

 Su mundo giraba alrededor de sus estudios y la pelota vasca, donde destacaba en su comarca. Su interés por el mundo de los toros comenzó a los 14 años cuando empezó a jugar con las vacas que soltaban en su pueblo y en los limítrofes con motivo de las fiestas. En un ambiente poco taurino tanto familiar como vecinal su interés iba subiendo hasta que, casi mayor de edad, decide trasladarse con pocos medios y mucha ilusión a Valencia, donde ingresa en su Escuela Taurina. Pero no consigue la regularidad y conocimientos que él esperaba, por lo que se traslada a San Lucas de Barrameda en donde hay un ambiente más profesional y tentaderos asiduos en los que poder ir de "tapia" a los tentaderos. Es decir: toreaba las becerras después de los toreros.

Llega a Guadalajara de capea con 20 años

FANDInO4Fandiño se pasa el toro por detrás en Guadalajara. Foto: Fernando Toquero.El problema de San Lucas de Barrameda y su entorno es que allí no tiene posibilidades de torear, y es ahí donde aparece su amigo de Vitoria, Roberto Ortega. Roberto era un novillero que por entonces pasaba los veranos entre la ganadería de Felipe Gómez Espada, en Armuña, y el Hotel España a la espera de alguna oportunidad. Roberto le comenta la posibilidad de torear en las capeas de Guadalajara y hasta aquí llega Iván con menos de 20 años.

De la mano de Roberto conoce a Felipe Jiménez “El Botas”, empresario madrileño afincado en Guadalajara, que organiza la mayoría de los pueblos de la provincia, y que desde el Hotel España reparte a los maletillas según sus características y habilidad.

Iván en ese periplo coincide con los veteranos Aurelio Calatayud, Isidoro del Prado y Velasco, Simón Mijares “El Duende”. Junto a los más pujantes y demandados como “El Almendralejo”, Raúl Velasco, Angel Utrera “Utrerita”… y un sinfín de maletillas.

Comienza protegido, toreando los animales más cómodos y menos corridos, aunque también se la tiene que ver con otros de más envergadura. Iván siempre recordará un pueblo por encima de los demás: Caltilforte. El pequeño pueblo serrano siempre contaba con él y a él siempre le gustaba ir. Más por el cariño que por los beneficios. Pero también pasa por las plazas de Romancos, Fuentelencina, Atanzón, Valdenoches… Donde aprende el oficio de la forma más dura.

En esa época comienza a alternar en invierno Andalucía con Salamanca donde consigue un coche viejo de gasolina y el cariño de algún ganadero que le hace más fácil el alojamiento y la manutención.

El encuentro con García Poveda

Aunque su vida va sufrir un cambio complicado, pero beneficioso. Toreando una novillada-festival-capea en Torrejón del Rey se fija en él Néstor García García, más conocido en el mundo taurino como García Poveda. Novillero, con mucho recorrido pero poco brillo, que ya está de retirada en su carrera taurina y comienza hacerse un hueco como empresario por la provincia.

fandino-goyescaFandiño en la goyesca de Guadalajara. Fotos: Fernando Toquero.Néstor se fija en Iván porque aunque apenas tiene conocimientos técnicos desprende un arrojo sin límites: Torea de rodillas, pone banderillas, intenta cosas con el capote, lidia con las dos manos y se tira a matar con todo. Pero había un problema: Fandiño pesa casi 80 kilos. Durante ese verano no solo se forja un apoderamiento sino además una amistad. Iván acaba viviendo en casa de Néstor en la Calle Constitución de Guadalajara. Néstor aporta todo a Iván: conocimientos, casa, contactos, amistad y sobre todo compromiso. Lo primero que le hace Néstor a Iván es ponerle a dieta. Durante meses Iván solo comerá pollo y piña.

Cuando comienza la temporada del 2002, Iván pesa 65 kilos y ha hecho más tentaderos que en su vida. Ante las pocas posibilidades de torear viajan a Orduña para contar con el apoyo de sus paisanos y debutar con picadores. Luego prueban suerte en Bilbao donde se encuentran las puertas casi cerradas.

Vuelve a Guadalajara en donde hace una temporada discreta, pero llena de triunfos por la provincia, Valle del Tiétar y pocas cosas más. En el invierno Iván sigue preparándose, porque su apoderado quiere empezar pronto la temporada montando una novillada en Las Cruces. Toca la colaboración de todos los miembros de su cuadrilla, el padre de Néstor conseguir publicidad y e Iván vender entradas. La temporada es pródiga en contratos y triunfos pero de escasa relevancia.

La temporada 2004 comienza en Las Cruces, pero esta vez el esfuerzo merece la pena porque le vale para ir a Madrid donde Iván corta una oreja. Por ello repite en una novillada nocturna en la que la suerte no le sonríe. Esa temporada torea su última capea en Valdenoches para pagar un favor a un empresario.

El 2005 marca un punto de inflexión en su carrera. Tras una temporada pisando plazas importantes va tomar la alternativa en Bilbao. Esta vez, sí, las puertas de Bilbao se abren y permiten que Iván tome la alternativa en la Semana Grande en un cartel de lujo: Julián López “El Juli”, Salvador Vega e Iván Fandiño, con toros de El Ventorrillo. Un lujo.

 

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