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El brasileño asesinado facilitaba los papeles a residentes en A Coruña

cesar-nogueiraCésar Nogueira, frente al Ayuntamiento de A Coruña/ La Voz de Galicia.Marcos Campos Nogueira, el brasileño supuestamente asesinado con su mujer y dos hijos de 5 y 1 años de edad en Pioz, vivió en A Coruña durante dos etapas de su vida y allí colaboró con un despacho de abogados que tramitaba los papeles a compatriotas de aquella nacionalidad.

Pariente de la familia asesinada en Pioz niega que fueran narcotraficantes

 Los brasileños que conocieron a Marcos de su estancia en A Coruña descartan por completo que estuviera relacionado con el mundo del narcotráfico, según publica hoy "La voz de Galicia". La numerosa colonia brasileña en A Coruña, donde Marcos estuvo en dos etapas de su vida (del 2003 al 2006, y del 2010 al 2011), se muestra consternada y con dudas de lo que pudo pasar y por qué. «De drogas, nada de nada», dicen todos. Creen que los investigadores han de empezar a indagar en Brasil. Por cómo se produjo el crimen, apuntan a que fue obra de un sicario que viajó hace un mes desde aquel país para cumplir un encargo y regresó al día siguiente. ¿Encargo de quién? Nadie tiene ni idea.

pioz-matrimonio-asesinadoMarcos y Janaína, el matrimonio brasileño presuntamente asesinado, en una imagen feliz que publicaron en su Facebook.En A Coruña poco se sabe de la vida que llevaba Marcos en la actualidad. Cuando en el 2011 dejó la ciudad para regresar a Brasil -allí apenas estuvo un año y medio, cuando se casó y tuvo su primera hija-, sus costumbres eran como las de cualquier inmigrante. «Trabajaba en lo que encontraba. Era un buscavidas», comenta André Rivelino, con quien coincidió buscando piso para alquilar en el 2010, siguen informando el diario gallego.

Aparte de trabajar como camarero, panadero y montador de escenarios, Marcos intentó asociarse con una persona para abrir un bar en la ronda de Outeiro, idea que al final no cuajó después de unas diferencias económicas. El fallecido se hizo entonces famoso entre la colonia brasileña por facilitar los papeles de residencia. «Le propuso al mismo abogado que le tramitó a él sus papeles un negocio, que consistía en llevarle compatriotas al despacho para que les formalizase la solicitud de residencia a cambio de un dinero», cuenta uno de sus muchos amigos que dejó aquí. Trabajaba a comisión. Es cierto que aquello «le trajo algunos problemas con otros brasileños, pero aunque engañara a alguno pidiéndole mucho más dinero del necesario, su asesinato no viene de ahí. Eran cantidades pequeñas», explica este inmigrante, antes de precisar que «nadie hace desaparecer a una familia entera por 300 euros».

También destacan de este brasileño de 39 años, que llegó por primera vez a A Coruña con 26, que era «profundamente religioso». Cuentan de él que siempre tenía la palabra Dios en la boca. Era evangélico y sus frases terminaban siempre con una referencia al santísimo.«Si estaba presionado por alguna persona, él nunca nos informó», declararon a La Voz.

Otro de los frentes de la investigación sería la familia de su esposa, Jaina Santos, hija de unn importante empresario de la ciudad de João Pessoa, de donde eran originarios.

Cuando han pasado ya cuatro días desde que se descubrieron los cadáveres de dos adultos y dos niños en el chalet de Pioz que ocupaba la familia brasileña, todavía no se ha confirmado oficialmente la identidad de los fallecidos, y la investigaciòn judicial sigue bajo secreto de sumario.

 

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