Un toro intenta cornear a una moza caída en el suelo. El pitón quedó muy cerca. Fotos: Javier y Santiago BarraAunque hubo menos público que el año pasado, en que coincidió con un sábado, unas 15.000 personas asistieron este domingo al encierro de Brihuega en una tarde fresca y agradable. Las primeras horas de este genuino  desencierro (que no se puede dar por terminado hasta la subida de esta madrugada), han dejado momentos de enoción en uno de los tres toros que se quedó en el área de las naves. El mayor peligro se vivió en la cogida de una moza en esa zona, aunque afortunadamente  el toro no clavó. GALERÍA DE IMÁGENES EN EL INTERIOR.

 Se estrenaba Campo Bravo Alcarreño en el encierro de Brihuega  con cuatro toros bien presentados de El Pilar, que sin ser muy grandes, tuvieron gran fuerza y dieron mucho juego. Hasta tal punto que hicieron el recorrido por las calles desde la plaza de La Muralla hasta la Alameda en poco más de dos minutos; un récord. Llegaron muy rápidos y agrupados con los cabestros, y así siguieron tres de ellos, que muy pronto acabaron en el llano previo al monte Alcarria. Pero uno de ellos se quedó rezagado y fue el que hizo la fiesta, viviéndose momentos de emoción, no exentos de peligro. El peor de todo ellos llegó cuando el toro, que andaba por el camino de tierra en la zona de las naves, se arrancó y se subió al terraplén en el que un grupo numeroso de corredores seguían el encierro. El toro hizo por una moza, que acabó siendo embestida y arrollada por el morlaco. Fueron unos quince segundos dramáticos en los que el toro tiraba un viaje tras otro a la moza, caída en la tierra, pero tuvo la gran suerte de que no clavó y solo la golpeó con la testuz. Al final, capotazo de la Virgen de la Peña, y la chica salió por sus propios pies.

En esa zona,  muy próxima al llano se vivieron los mejores momentos del encierro.  Un corredor habitual, Jano, dio un curso de cómo se puede recortar un toro con un  paraguas y salir indemne del encuentro, aunque avisamos de que hay que tener muy buenas piernas y sobre todo mucha técnica y nervios de acero para intentarlo.  Hubo un bellísimo recorte de otro corredor en ese mismo camino de tierra. Y para rematar este espectáculo popular, un tercer corredor saltó al toro por encima con una potencia increíble. Lo mejor de la tarde ante cientos de personas que siguieron los avatares de este toro corriendo detrás de él, mientras pudieron, y a los que se unieron varios miles  más de espectadores  precavidos que desde los cerros, laderas y árboles de la carretera de Villaviciosa disfrutaban de  una mejor visión del recorrido de los toros, una vez que dejan el casco urbano y hacen la subida hacia el monte.

Fueron varios miles los vehículos que fueron llegando a Brihuega horas antes del encierro y que se fueron acomodando en las zonas habilitadas. Gran ambiente en las calles, bares y restaurantes brihuegos.  A las seis de la tarde, mozos y mozas se dieron cita en la Alameda para iniciar el desfile que llega hasta la plaza de toros. Mostrando en alto sus garrotas y varas para el encierro van cantando el Parapachunda, como manda la tradición, un pasodoble que en realidad se llama Sangre Torera, y que compuso el maestro Cabezudo, un antiguo director de la banda briocense. Con un poco de retraso, a eso de las 18,40 de la tarde, se escuchó el primer cohete, luego otro más, al llegar los toros al ruedo,  y un tercero que avisa de que los los toros empiezan a salir al recorrido. A partir de ahí, que Dios reparta suerte.

Cuando editamos esta avance no tenemos noticias de ningún herido por asta de toro. Dos toros están en la Boca, y harán la subida esta madrugada; uno está en los corrales de la plaza; y el cuarto tomó el camino de Masegoso, aunque está localizado.