El Teatro Moderno ya ha sido inaugurado, y se ha presentado una programación para los próximos meses que tiene muy buena pinta. Esperemos que cuando se pase el periodo electoral la cosa no decaiga. Porque quedan varias cuestiones pendientes que ventilar sobre las que los partidos políticos deberían pronunciarse en su programa electoral.
El teatro Moderno quedó inaugurado al ritmo desbocado del violín de Ara Malikian, y eso es una gran noticia teniendo en cuenta el panorama que nos encontramos a principio de legislatura cuando no habían un duro en la caja. Un teatro cerrado y sin presupuesto para una programación decente, y unas obras necesarias de por medio para evitar que la degradación del edificio en el que está ubicado, el antiguo Ateneo Municipal, terminara causando una desgracia entre los espectadores.
La Junta de Comunidades, que en un principio se hizo la loca, finalmente pactó con el Ayuntamiento una solución que ha sido la mejor de todas las posibles. Que el Patronato Municipal de Cultura se quedara con la gestión del teatro, y a cambio el gobierno regional se hiciera cargo del principal de la obra, unos 180.000 euros, que hubo que completar con otros 55.000 euros que puso el municipio. Creemos que el Ayuntamiento le ha hecho un favor a la Junta porque los ha sacado de un buen lío, ya que tanto la propiedad como la gestión eran hasta ahora de su competencia. Sin la colaboración del Ayuntamiento de Román a buen seguro que se habría acabado la legislatura con el teatro cerrado y la consejería de Cultura cubierta de justas críticas.
La colaboración de ambas instituciones, favorecido esta vez por la sintonía política -- uno de los problemas seculares de la política española, infectada por el virus del sectarismo desde que de ella cobra demasiada gente--, ha dejado la gestión municipal al Patronato de Cultura, de lo que sinceramente nos alegramos por dos motivos:
Primero: porque defendemos que en el caso de los grandes ayuntamientos deberían ser ellos los únicos competentes en cuestiones como la cultura, el deporte o los servicios sociales, ya que son instituciones más próximas al ciudadano, y tienen mayor capacidad que una comunidad autónomas para gestionarlos. Claro que para eso hay que dotar a estos ayuntamientos de las transferencias necesarias.
Segundo: no hay nadie mejor que un organismo público como el Patronato Municipal de Cultura para gestionar un teatro público. Pero es que además el equipo rector de este patronato, comandado por Julio Gómez, ya ha dado prueba de su competencia y profesionalidad con este y otros gobiernos municipales. Lógicamente que tienen que estar abiertos, así como la concejalía de Cultura, a escuchar opiniones de asociaciones y de la sociedad civil de Guadalajara en general, para configurar su programación. Pero estamos más tranquilos si al final son ellos los que deciden.
Solucionado el asunto del teatro, queda pendiente el destino del resto del inmueble, que lleva ya demasiados años sin actividad, y deteriorándose, ante la falta de iniciativa de este y anteriores gobiernos autonómicos. Como nos recuerda en su blog Jesús Orea, el citado Ateneo, primero del Obrero y luego Municipal, acogía a la Agrupación Fotográfica y su sala de exposiciones en la planta baja y, en las superiores, había unas salas polivalentes de exposiciones y conferencias, algún despacho del Patronato Municipal de Cultura, la cafetería y varias oficinas pequeñas que ocupaban asociaciones culturales de la ciudad, hasta que la Junta de Comunidades, propietaria del inmueble, decidió cerrar este edificio, tras concluir el convenio de cesión de uso al Ayuntamiento.
Hay por tanto una importante obra de por medio, para evitar que se siga deteriorando, y luego necesita un proyecto de actividad para dotarlo de contenido.
Ahora que llegan las elecciones municipales y autonómicas, nos parece imprescindible que los partidos políticos se pronuncien sobre el asunto. Les retrataría si es que no tienen nada que decir.
GUADALAJARA DIARIO
