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La aerostación y Guadalajara

dirigible-mcristinaDirigible María Cristina, que tenía su base en el parque de aerostación de Guadalajara. Guadalajara reivindica su maternidad en la conquista española del cielo con esta exposición que se puede ver en el palacio del Infantado. 

La aerostación nace en Guadalajara, donde la Academia de Ingenieros Militares es también un centro de investigación, desarrollo e innovación, el famoso I+D+i que decimos ahora.

 Todos, en alguna ocasión hemos oído que Guadalajara es la cuna de la aerostación española, que era uno de los grandes centros internacionales en la conquista del espacio aéreo o incluso que hubo una fábrica de aviones, aunque los restos actuales de La Hispano apenas permitan imaginar ese glorioso pasado.

paque-aeronautico-guadalajaraHangares del parque de aerostación que se encontraba en lo que es hoy barrio de Los Manantiales.Para recordarlo, reivindicarlo y poner sobre la mesa la necesidad de recuperar esos restos como museo y centro de interpretación e investigación, se ha inaugurado en el Palacio del Infantado la muestra 'Los orígenes del control aéreo. Los ingenieros militares pioneros de la aeronáutica española', que permanecerá abierta hasta el 5 de noviembre y que bien merece una visita.

A través de imágenes de la época, breves textos explicativos y maquetas cedidas por la Fundación En Aire conocemos como se desarrolló ese proceso con globos aerostáticos primero, dirigibles después y, por último, con aviones a motor construidos aquí.

 La primera universidad politécnica de España

"La aerostación nace en Guadalajara, donde la Academia de Ingenieros Militares es también un centro de investigación, desarrollo e innovación, el famoso I+D+i que decimos ahora”, explica con orgullo el comisario de la muestra, Andrés García Bodega, para quién esta escuela fue también la primera universidad politécnica de España.

traje-espacialTraje especial diseñado por Herrera Linares, y que es el antecedente de los modernos trajes espaciales de americanos y soviéticos. Y en la muestra lo vemos. Hay fotos de 1900 sobre las primeras ascensiones en globos cautivos, ascensiones en globos libres que comunicaban las incidencias del vuelo a tierra con palomas y hasta vecinos de Guadalajara que participaban en las mismas como pasajeros o espontáneos colaboradores.

También maquetas de las principales aeronaves españolas, entre ellas el dirigible diseñado por el ingeniero de caminos Leonardo Torres Quevedo que en julio de 1908, tras dos años de investigación y pruebas, voló por primera vez sobre los cielos alcarreños con el capitán Alfredo Kindelán en la barquilla.

"Fue el primer dirigible español, mejor técnicamente que los que se habían hecho hasta la fecha, incluidos los alemanes; Torres Quevedo había conseguido un sistema de auto rigidez que le hacían más ligero y versátil; tecnológicamente era el más avanzado", apunta García Bodega.

Una maqueta e imágenes del aparato permiten imaginar que se sentiría al verlo en el cielo y el valor, o temeridad, que los ingenieros militares debían tener para subir a esos frágiles y en apariencia inestables aparatos.

Esa vertiente científica es estimulada por la participación española en la Conferencia de Aerostación Científica de Berlín, que introdujo el Servicio de Guadalajara en el campo de la investigación para el estudio de la atmósfera, la observación del eclipse de sol del 30 de agosto de 1905 o diferentes experimentos matemáticos.

Noticia del primer vuelo del dirigible Torres QuevedoNoticia del primer vuelo del dirigible de Torres Quevedo.Récord de altura de ascensión y tragedia

En este sentido cabe destacar el intento de superar el récord de altura de ascensión por parte del comandante de Artillería Benito Molas en globo esférico Hispania el 15 de septiembre de 1928. Una tentativa que partió de suelo alcarreño y que llevó al piloto por encima de los 11.000 metros tras un accidentado vuelo en el que perdió la vida por asfixia por problemas en el suministro de oxígeno sobre los 8.000 metros.

Una tragedia seguida en su día con mucho interés por los medios de comunicación de la época y que provocó que poco después Emilio Herrera Linares diseñara, también en Guadalajara, un traje para ascensiones estratosféricas precedente de los trajes espaciales, “que es superconocido en Estados Unidos” apunta el comisario de la exposición.

Primeras promociones de pilotosPrimeras promociones de pilotos.La primera escuadrilla de aviación española 

Y de la mano de esta actividad aerostática llega la aviación militar. Tras un obligado paso por el aeródromo de Cuatro Vientos, en 1913 se abre junto al Polígono de Aerostación de Guadalajara, un campo de vuelo que se convirtió en base de la primera escuadrilla de aviación española con siete aparatos MF-7.

Y en plena Guerra Mundial, la Hispano-Suiza de Barcelona se plantea construir una factoría en el centro peninsular alejada de los escenarios bélicos. Se barajan varias ubicaciones pero la determinación del conde de Romanones, presidente del Gobierno, es decisiva para que la fábrica se instale en su circunscripción electoral y se confirme el carácter aeronáutico de Guadalajara.

“Es una decisión política que confirma el carácter aeronáutico de Guadalajara y supone para la ciudad un incremento de la masa laboral importante con más de un millar de trabajadores en la fábrica que se pueden duplicar según los encargos”, valora el historiador Pedro José Pradillo para quién el periodo 1896-1936 suponen “cuatro décadas de oro” para la ciudad.

Imágenes de la llegada de la Hispano a GuadalajaraImágenes de la llegada de la Hispano a Guadalajara por el impulso del Conde de Romanones.En la Hispano, convertida después en Hispano-Aircraft, se fabricaron modelos de la británica AIRC, motores para utilizar en otros aviones y se desarrolló, en 1918, el primer avión caza español, el Hispano Suiza Barrón, diseñado por el ingeniero aeronáutico Eduardo Barrón, alumno de la Academia alcarreña y cuya maqueta podemos ver en la exposición.

Y también en Guadalajara se sentó el precedente de las torres de control actuales con la construcción, en 1917, del ‘Chalet de Pilotos y Torre de Avistamiento”, la primera instalación de estas características, levantada en uno de los vértices del campo de vuelo al otro lado de la vía Madrid-Barcelona.

Visitantes el día de la inauguraciónVisitantes en la inauguración de la exposición. Aprovechando que el año que viene se conmemora su centenario, la muestra, impulsada por la Universidad de Alcalá y el Ministerio de Defensa, quiere hacer “una llamada urgente para recuperar los espacios” que llenaron las primeras páginas de la aeronáutica española antes de que desaparezcan.

El objetivo sería construir un Eje Aeronáutico Industrial que conectara el recuperado Taller de Globos Aerostáticos, hoy Centro de Familia en el barrio de los Manantiales, con el Chalet de Pilotos y la fábrica de la Hispano convertidos en museos y centros de interpretación para investigar y divulgar “esa época que fue importante para la ciudad, los ingenieros y la aviación”, concluye García Bodega.


Maqueta Dirigible Torres QuevedoMaqueta del dirigible Torres Quevedo. Guadalajara, los ingenieros militares y el conde de Romanones

La relación de la ciudad con los ingenieros militares nace de la casualidad. En 1822 se desamortizaron las Reales Fábricas de Paños y los grandes edificios que las albergaban quedaron sin utilidad. Once años después se decide que en ellos se instale la Academia de Ingenieros con los regimientos adjuntos. Andando el tiempo, cuando se plantea el desarrollo de la aeronáutica, se les encarga a ellos, al ser la parte más técnica del Ejercito, investigadora y que ya desarrollaba ferrocarriles puertos o carreteras. De esta manera el Parque de Aerostación se hará en el campo de maniobras de los Ingenieros.

La evolución de la aeronáutica provoca el nacimiento de la aviación que encuentra en Guadalajara un lugar lógico de expansión al contar ya con la Academia y el Servicio de Aerostación. A ello se suma la decisión política de instalar la industria aérea en este lugar que toma don Álvaro de Figueroa y Torres, el conde de Romanones, para consolidar su prevalente posición en su circunscripción electoral.

El fin de esta época comienza a fraguarse durante la Segunda República, con la decisión de integrar el cuerpo de Ingenieros en el de Artillería que provoca el traslado a Segovia de la Institución y se torna definitivo con la Guerra Civil y la marcha de la Hispano al barrio de Triana en Sevilla. 

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