Los problemas económicos han llevado a los dueños a tomar esta decisión. Su fundador se instaló en Guadalajara en 1880 y hacia 1900 se inició en el negocio de la dulcelería artesana.
La histórica pastelería Hernando en Miguel Fluiters 35, ha sobrevivido más de un siglo, al principio con el nombre de Guajardo, el fundador.La foto es de esta misma tarde.
Hernando, uno de las últimas empresas de pastelería artesana de Guadalajara, cerrarán sus instalaciones el 18 de noviembre debido a dificultades económicas que no han podido superar. El cierre, que ya ha sido anunciado a los clientes a través de carteles instalados en las puertas de sus pastelerías, será una realidad este domingo .
El cierre afectará también a La Flor y Nata en la calle Mayor alta.El cierre afectará a todas las instalaciones de la firma: el obrador del Polígono del Henares, la tienda de Hernando de Santa Clara, La Flor y Nata y las dos tiendas que la empresa tenía en Azuqueca y Alovera. Esta situación no afecta a Hernando 17, en el Paseo de las Cruces, que pertenece a otros propietarios.
Según informa la agencia EFE, el cierre afectará a la totalidad de la plantilla integrada por una veintena de personas. La mitad trabajaba en el obrador y el resto en las pastelerías.
Uno de los propietarios de la empresa ha confirmado que el cierre se debe a "diversas dificultades económicas" que no han podido solventar.
Mostrador de la pastelería, este miércoles. El domingo venderá sus últimos dulces.
Fundada en 1880
Hernando es la última empresa de pastelería artesana que funcionaba en la calle Mayor de Guadalajara y que resistía como podía a la dura competencia frente a la pastelería industrial, que despacha mucho y barato.
Primero cerró La Menorquina, después Villalba y por último Campoamor. El cierre de Hernando supondrá además la desaparición de uno de los mejores bizcochos borrachos de Guadalajara, su producto estrella, y que es el emblema de nuestra gastronomía de postres como el Ponche Segoviano en Segovia
Hernando es una empresa que inició su andadura en Guadalajara en 1880 cuando Antonio Hernando Guajardo se instaló en Guadalajara, procedente de Alhama de Aragón, comenzando a regentar una taberna en la Calle Mayor, en su parte baja. Alrededor de 1900 se inició en el negocio de la pastelería.
El negocio fue creciendo y en 1994, sus sucesores, abrieron el obrador del Polígono del Henares, una empresa que ha llegado a tener 46 trabajadores en plantilla. Lo artesanal de su trabajo y la imposibilidad de competir en precio con la pastelería industrial podrían estar en el origen de este cierre que será una realidad en apenas cuatro días.
Una parte de la Guadalajara de toda la vida se va con Hernando-Guajardo.
