Curro de la Casa (izquierda) y Román, por la puerta grande.
Buena actuación de Román en su reaparición que da una gran dimensión. Curro de la Casa tuvo una actuación floja con su primero y mejor con su segundo. Juan del Álamo sólo pudo apuntar detalles con el peor lote. Gran presencia de la corrida de Pedrés pero poco fondo. Galería de imágenes en interior.
Ficha:
Seis toros de Pedrés (encaste Domecq-Aldeanueva): Muy bien presentados aunque sospechosos de pitones. Justos de fuerzas, descastados en general y con poca clase. De mejor comportamiento los lidiados en tercer y sexto lugar.
Juan del Álamo: Estocada caída y puntillazo (silencio); cuatro pinchazos -aviso-, pinchazo, pinchazo hondo, cuatro descabellos -2º aviso- y dos descabellos (silencio). Román: Estocada desprendida (oreja); media caída -aviso- y descabello (oreja). Curro de La Casa: Pinchazo bajo, estocada caída y puntillazo (oreja con escasa petición); pinchazo caído, estocada caída y puntillazo (oreja).
El toro golpeó a este banderillero junto al burladero, fue atendido inicialmente en la enfermería y luego derivado al Hospital. Tras la oportuna revisión fue dado de alta.
Cuarta y última de feria. Un tercio de plaza en tarde soleada de temperatura calurosa. Curro de La Casa sustituía a Juan José Padilla. Los toros de Pedrés sustituían a los anunciado de José Cruz y que fueron desechados en el primer reconocimiento veterinario. Román y Curro de La Casa salieron por la Puerta Grande de Las Cruces.
Las comparaciones son odiosas y tal vez decir esto resulte desproporcionado, pero el Román que ayer reapareció en Guadalajara, después de un mes de parón, demostró una técnica que en Las Cruces solo se ha visto en su paisano Enrique Ponce. La forma de embarcar las embestidas, templar al toro, entender la distancia, darle tiempo… Dejaba a un lado el arrebato y arrimón de sus últimas temporadas y ha evolucionado a un torero más pausado y técnico. No decimos que a la altura de Ponce, pero queriendo hacer las cosas con los mismos parámetros. Incluso estructurando las faenas de la misma forma.
Ayer, a Román le sirvieron dos toros de buena presencia, pero inválidos y descastados de la misma forma que le sirvieron dos con las mismas ideas un par de días antes en Las Cruces a Enrique Ponce.
Su primer toro fue protestado de salida, por inválido, y el presidente lo aguantó pese a la insistente protesta, tal vez consciente de que lo que había en corrales no era mucho mejor. Al final Román le hizo faena a base consentirle y ayudarle. Pese a que la suerte suprema fue deficiente, el palco le concedió una oreja.
En su segundo, otra ración de técnica a otro toro sin clase, manso y descastado. Y mismo final con otro mal uso de los aceros y otra oreja de final de temporada.
A Curro de La Casa no se le puede medir como a sus compañeros de cartel, que torean todos los días. No se le puede exigir que tenga los mismos recursos y técnica, porque eso se adquiere toreando, pero tampoco se puede cambiar la realidad. En su primero no estuvo. No se vio a ese chico que de novillero era capaz y que tragaba a base de arrimones. Estuvo dubitativo, desconfiado con un toro aceptable aunque con muchas teclas. Le dieron una oreja de paisanaje.
El quite de la feria.
En su segundo la historia fue distinta. Desempolvó sus viejas armas y volvió a ponerse en su sitio. Sin oficio, pero con ganas de demostrar que quiere quedarse en esto. Faena de tomar nota y con la que se ganó la puerta grande y otra oportunidad. Por cierto, volvió a estar muy mal con la espada.
No tuvo posibilidades de triunfo Juan del Álamo con un mal lote, aun así lo intentó y si no hubiera marrado con espada, habría arrancado una oreja de su segundo toro. Demostró buen concepto y oficio, pero se chocó con dos marmolillos con caja pero sin fondo. Habrá que verle con mejor ganado.
Curro de la Casa tras entrar a matar en su segundo toro
Desigual corrida y de comportamiento de Pedrés, aunque con dos toros con posibilidades, pero sobre todo de perfecta presencia. La duda que queda ahora es por qué no se trajo esta corrida desde el principio y no el desecho de José Cruz.
