Secretos medievales del cementerio de Guadalajara

centerio-medievalNecrópolis bajo-medieval en el cementerio de Guadalajara/ Fotos: CASTRVM No se crea usted, querido lector, que es un GTV, de toda la vida. Gracias a la arqueología hoy podemos descubrir que nuestro cementerio municipal albergó los restos de muchos más paisanos que los que haya podido conocer a través de su vida y comentarios de familiares o amigos.

 Los trabajos realizados por los investigadores Consuelo Vara y José Martínez Peñarroya, de la empresa Castrum Patrimonio Histórico, en nuestra necrópolis arriacense han concluido en esta fase con el descubrimiento y estudio de los restos de 60 fosas en el área excavada en dos parterres situados en las proximidades del panteón de los Marqueses de Villamejor. De éstas, 20 de ellas contenían restos óseos de individuos, la mayoría de ellos en buenas condiciones de conservación y completos, pese a la acidez del terreno. Las excavaciones ser realizaron en dos catas diferentemente posicionadas con una profundidad de cerca de dos metros sobre el nivel de suelo actual. Nada más llegar al nivel del subsuelo arcilloso citado comenzaron a aparecer señales en el terreno que advertían de los buscados enterramientos por lo que la acción arqueológica pasó a ser detallada y manual en vez de mecánica.

cementerio-restos1çUn posible “Castil de los Judíos”

El hallazgo y el lugar de búsqueda estaba ya basado en los indicios e informaciones aportadas bibliográficamente por diversos autores y documentación que desde el siglo XVII circulaban y que transmitían que por lo menos desde la Baja Edad Media ya existían enterramientos en este lugar extramuros de la ciudad. Ya en la edición del decano de los periódicos de Guadalajara, el centenario “Flores y Abejas”, contenía un artículo en su edición del 10 de mayo de 1896 sobre el descubrimiento de algunos arcos de ladrillo, objetos de vidrio y restos cerámicos de gran antigüedad en las cercanías del panteón de los marqueses. Otros estudios del Dr. Pradillo intuían la posibilidad de que en las cercanías de emplazamiento actual del cementerio hubiera un probable arrabal judío en nuestra ciudad desde 1173, después de la reconquista cristiana de Wad-Al-Hayara o Madinat-Al-Faray, según la profesora Consuelo Vara. Hace constar la misma investigadora que la regulación de cementerios no fue puesta en práctica hasta finales del siglo XVIII y que nuestro cementerio data de la fecha de 1840. Esto hace pensar de la existencia de un posible “Castil de los Judíos” en las cercanías antes de la Expulsión por los Reyes Católicos en 1492.

“Blanca de Burgos”, una moneda de Enrique IV de Castilla

cementerio-restosTodos estos datos permitieron a la empresa Castrum el inicio de los trabajos de campo situados bajo dos parterres en las localizaciones con posibilidad y mayor probabilidad de hallazgos. Las sepulturas en su mayoría tienen una orientación Norte / Sur en calles irregulares sin mayor orden aparente que el descrito. Los depósitos óseos están en su mayoría en posición decúbito supino con la cabeza orientada claramente hacia el Este. Alguno de ellos también aparece con las piernas flexionadas. Son individuos de diferentes sexos y edades. El material asociado a las inhumaciones ha sido muy escaso destacando en su caso un anillo metálico y una moneda, además de restos ferros de clavos. La moneda es el objeto más importante, no por su valor, sino por la contextualización del conjunto funerario. Es un ejemplar de la moneda denominada por la comunidad numismática como “Blanca de Burgos” ya que, una vez procedido a un minucioso proceso de restauración, fue posible datarla entre las emitidas en el reinado de Enrique IV de Castilla entre las fechas de 1454-1474.

Necrópolis Bajo Medieval

Los análisis de laboratorio y estudios posteriores hacen concluir a los investigadores Vara y Peñarroya que se trata de una necrópolis Bajo Medieval a las afueras de la ciudad. Los ritos de inhumación comparados con otros de similares características de la zona, sobre todo de Toledo por ser los más avanzados y cercanos, hacen vislumbrar que quizá no fueran individuos de comunidades cristianas los que se depositaron en la necrópolis arriácense ya que estos suelen estar asociados a terrenos circundantes a las iglesias y otros centros religiosos.

ementerio-moneda-blaca-bugosEjemplar de la moneda denominada por la comunidad numismática como “Blanca de Burgos” encontrada en el cementerio. Opinan que también no fueron individuos de comunidades hebraicas ya que éstos tienen unos rituales muy estrictos que posibilitan a los arqueólogos su catalogación muy clara y precisa. Optan si acaso por una comunidad mudéjar que se mantuvo en Guadalajara desde el 1085, momento de la ocupación cristiana. En aquellos años la permisividad de las autoridades ocupantes era mucho más abierta dada la implicación en la sociedad de estas comunidades.

Hay que recordar que algunas de nuestras más destacadas construcciones que permanecen en la actualidad como la iglesia de Santiago y San Gil pertenecen a este estilo arquitectónico mudéjar. La población mudéjar de Guadalajara mantuvo parte de sus privilegios y derechos a su vez que estaban protegidos dedicándose según otros estudios a también otros oficios artesanos como la alfarería hasta su definitiva expulsión a principios del siglo XVII.

cementerio-objetos-encontradosObjetos encontrados en el cementerio. Hay que recordar que el barrio de la Alcallería (En el Paseo de la Estación, entre el puente del río Henares y el Alcázar) está situado en las inmediaciones del cementerio municipal y que era el lugar de concentración de la población musulmana arriácense.

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