El sábado se reunirán en Driebes los pastores de la comarca.

 La Asociación Cultural Gregorio Eguiletta en colaboración con el Ayuntamiento de Driebes, ha organizado una jornada para el próximo 24 de junio en la que se reunirán todos los pastores de la comarca que han dedicado una parte de su vida a este oficio.

Con el objetivo de dar visibilidad a un oficio que se está perdiendo, hace dos años se celebró la primera Jornada de San Pedro en Brea de Tajo. Un evento que reunió a los pastores de la Alcarria Baja. Al acto acudieron más de cien personas. Este año se repite la iniciativa y los organizadores esperan que sea todo un éxito, al acto están invitados una veintena de alcaldes de la zona de zona de Driebes y el Director General de Planificación Territorial y Sostenibiblidad de la Junta de Castilla-La Mancha, Javier Barrado.

La jornada comenzará a las 19:00 en la casa de la cultura de Driebes con el recibimiento a los pastores, que a su vez estarán acompañados de familiares y sus respectivos alcaldes. Después los alcaldes harán propuestas para la declaración de “Municipio amigo del pastoreo y la institucionalización del día de San Pedro en la Comarca”.

Además habrá una exposición etnográfica sobre útiles tradicionales del pastor que será guiada y explicada por Pedro Vacas, escritor, investigador y etnógrafo de Guadalajara. La jornada finallizará con un vino en la Plaza del pueblo que servirá, además para compartir experiencias.

Una fiesta perdida

La mayoría de los colectivos profesionales disfrutan de un patrón o un día festivo de celebración. El de los pastores ha sido San Pedro, tradicionalmente celebrado el 29 de junio. Sin embargo hace años que ha dejado de celebrarse esta festividad puesto que ya son muy pocos los pastores que regentan sus rebaños, especialmente en nuestra región, la Alcarria Baja Madrileña y de Guadalajara.

Los organizadores lamentan que el oficio de pastor se está perdiendo poco a poco. A ello han contribuido, señalan, numerosos factores: la reducción de pastos en los términos municipales, la falta de mano de obra de quien quiera dedicarse al pastoreo, la ausencia de mercados que motiven y permitan ganarse la vida con el oficio, la modernización de las explotaciones ganaderas destinadas al consumo de carne que dejan de lado otras salidas que tradicionalmente eran actividades económicas rentables como la explotación lanar o las queserías locales, los trámites administrativos (permisos, regulación sanitaria entre comunidades, etc.)

Todo ello ha contribuido- recuerdan- a que el oficio poco a poco se vaya perdiendo, y con él todo lo que lo rodea, desde tradiciones orales, gastronomía (platos que mucha gente desconoce que tienen un origen en el pastor) o la actividad económica.